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Perdón, queremos decir los medios de desinformación...,
vaya, que no nos sale. Vamos a ver ahora: Si las encuestas que nos presentan
los medios de comunicación no están amañadas, el terrorismo -¡por fin!-
ha pasado a ser el problema más importante en el sentir de los españoles.
¡Menudo chollo para el PP! Su mayor fuente de votos, la lucha contra ETA,
va a incrementar considerablemente su caudal de apoyo popular al ocupar
el tema del terrorismo (y, por lo tanto, también los éxitos policiales
del gobierno) el lugar central de los informativos, los debates parlamentarios
y las movilizaciones de la población. El PP ha ¡AL FIN! ¡AL FIN LO CONSIGUIERON!
Si las encuestas que nos presentan los medios de manipulación..., estooo,
no, conseguido, gracias a un hábil uso de los medios de comunicación,
relegar a un segundo o, incluso, tercer plano el descontento de los españoles
por la inestabilidad y la falta de futuro laborales, por la explotación
cada vez más salvaje de las multinacionales y empresas en general, por
el descarado aumento de los precios (y de los beneficios) de las grandes
firmas/monopolios, por el robo legal de los bancos o por la progresiva
pérdida de calidad de la educación y la salud públicas. Nosotros a todo
eso lo llamamos VIOLENCIA ECONÓMICA, que, por supuesto, es otra forma
de terrorismo y que causa multitud de víctimas y perjudica seriamente
la salud, mental y física, no sólo de los directamente afectados, sino
también de sus familias y de todos aquellos que los rodean. Pero lo más
hiriente es escucharles jurar en vano sobre la Constitución, sin que ninguna
voz se alce para denunciar estos perjurios. Hablan de la Constitución
para lo que les interesa, para imponer un modelo de Estado y justificar
un endurecimiento de las medidas legales y policiales, pero no mencionan
ni cumplen lo que nuestra más alta Norma dice acerca de los derechos de
los españoles en lo concerniente al trabajo, la vivienda o multitud de
otros aspectos olvidados conscientemente para obedecer los dictados del
capital internacional (y para recibir el premio por ello). Y, en el otro
lado, los tarados de ETA y de su entorno, que aun no se han dado cuenta
de que sus métodos violentos del año del culo se han demostrado históricamente
inservibles y contraproducentes (aunque muchas de sus ideas y de sus aspiraciones
sean absolutamente legítimas), consiguen la publicidad nacional e internacional
que pretenden, porque el gobierno del PP se las da encantado, ya que él
también arrebata un montón de espacio informativo (y su traducción en
votos) a través de la exhibición profusa de la barbarie etarra que él
"tan exitosamente" está combatiendo. Y, para acabar de estropear la situación,
los del PNV siguen tratando de introducir el estatuto de limpieza de sangre
para dejar sin voz ni voto en el País Vasco a quien no demuestre ser de
raza pura, pero, sobre todo, a quien no acredite ser nacionalista. En
este panorama donde las medidas violentas se acrecientan tanto por el
lado de ETA como por el del gobierno, y donde las cúpulas del PP y del
PNV luchan por apoderarse del botín del poder en Euskadi, la mayoría pacífica
se siente avasallada y aturdida por la lucha de las facciones, incapaz
hasta ahora de crear una alternativa nueva y diferente, pero sintiendo
que el futuro de su tierra debe ir por otro lado. La autodeterminación
es un derecho que todo pueblo tiene a decidir libremente su destino. Por
más que se lo quiera asfixiar o postergar con una idea de España nacida
a finales del siglo XV o con el pretexto de una Constitución que, como
toda ley, se puede cambiar si la voluntad de un pueblo así lo quiere,
acabará saliendo a la superficie si es que por ahí va la intencionalidad
de la gente del País Vasco. Pero eso es, justamente, lo que es preciso
conocer. Y para ello nada mejor que una consulta popular en la que la
libertad de decisión de las personas, la igualdad en la divulgación de
todas las propuestas y un régimen de paz y de debate con argumentos estén
garantizados.
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